
Las personas que la sociedad ha señalado como "jóvenes" han sido vistas como problemáticas, anormales, peligrosas para el orden social y frecuentemente se les ha catalogado como delincuentes, drogadictas y pandilleras se ha establecido la noción de juventud desde la perspectiva de joven-violento en la que no sólo se le asocia con grupos “ilegales” sino que se le ve como agente activo de la inseguridad que vive la sociedad. Esta mirada ha estado permeada por la moral reinante que no logra entender que la dinámica social implica un cambio en donde la "norma" establecida por la cultura hegemónica se ve confrontada por las nuevas generaciones. La juventud ha sido vista como un extravío o como algo incompleto, como una condición en proceso de formación para llegar a la adultez, se caracterizan por su inmadurez, inestabilidad, irresponsabilidad e improductividad, pero ser joven hoy, está transformando su sentido anterior para convertirse en un nuevo actor social.
Mas en: “Jovenes: des-orden cultural y palimpestos de identidad”, Jesus Martin
Barbero
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